“Nos enamoramos de los colores, los variedades, y la sanidad. Nos sorprendió, nos dijeron que era imposible.”

Les presentamos a la familia García Durán, encabezada por Juan Pablo y Mariana. Ver un poco de su maravillosa historia de transformación desde la agricultura tradicional hacia el camino orgánico/agroecológico.

Como muchos productores Juan Pablo y Mariana tenían experiencia en producción, como plantar, como darle comida a la planta, darle humedad necesaria a la planta, etc. pero al encontrar con la filosofía agroecológico se enamoraron de la labor. 

En el corazón de Maipu, esta granja familiar se dedica al cultivo de productos frescos de temporada mediante métodos agroecológicos en armonía con la naturaleza. La finca prospera gracias a principios que priorizan la salud del suelo, la biodiversidad y la gestión sostenible de la tierra. La agricultura agroecológica es más que una simple forma de cultivar: es un compromiso con el equilibrio ecológico, la resiliencia comunitaria y la seguridad alimentaria a largo plazo. Al evitar el uso de productos químicos nocivos y respetar los ciclos naturales, producimos alimentos ricos en nutrientes, protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente para las generaciones futuras. 

Ubicada en una soleada parcela rural, esta finca se especializa en el cultivo de maíz mediante prácticas agroecológicas que nutren tanto el suelo como el ecosistema circundante. Con un firme compromiso con la sostenibilidad, se utiliza métodos respetuosos con la biodiversidad para cultivar su maíz sin fertilizantes ni pesticidas sintéticos. Su enfoque refleja los valores fundamentales de la agricultura agroecológica: trabajar con procesos naturales para mejorar la fertilidad del suelo, conservar el agua y apoyar la fauna local. El resultado es un maíz sabroso y de alta calidad que refleja la salud de la tierra donde se cultiva. Esta granja es un ejemplo de cómo el conocimiento tradicional y la ciencia ecológica pueden unirse para crear un sistema alimentario más sostenible y resiliente.

Fernando Villalobos y su familia producen una gran variedad de alimentos de origen vegetal en un sistema rotativo, desde hojas verdes a zapallo, maiz, y coles.

“Aquí todo está conectado y funciona como un organismo vivo. Parte de su actividad agrícola se genera en conjunto con una sociedad de productores del vecindario donde trabajan juntos para el bienestar de su comunidad y comparten saberes y recursos.

Estamos muy contentos de presentarles a Estela Bonilla de Finca La Maruca, una nueva productora que se suma a la comunidad de Reparto Alegría. Estela produce duraznos, ciruelas y almendras en Villa Seca, Mendoza y este año inició una transición hacia una producción agroecológica. La conectamos con Gerardo Meli de Tupungato, otro proveedor nuestro de duraznos orgánicos, y con Marina Posobon, íntima aliada de Reparto Alegría y proveedora de tierra de diatomeas y otros insumos orgánicos.

También por su cuenta, Estela se conectó con Agustín Gutiérrez, un agrónomo y asesor orgánico en Mendoza. Estas conexiones le ayudaron a lograr una transición muy rápida y a producir en su primer ciclo en transición fruta de muy buena calidad. Ha usado una combinación de métodos incluyendo tierra de diatomeas, sulfato de cobre, fertilizantes foliares orgánicos y confusión sexual (trampas de feromonas) y los resultados son contundentes.

Su fruta está sana y riquísima (lo hemos comprobado) y sus rendimientos muy buenos. Sus duraznos variedad June Gold ya están a la venta en el local de Reparto Alegría y también en Córdoba y Buenos Aires. Dentro de poco veremos sus pelones (variedad Caldesi) y también ciruelas (variedad Black Amber) en el local.

Roberto Meli comenzó con el cultivo de durazno en 1987. Unas hectáreas que cuando crisis visita la finca se ven cortadas, a la espera de la renovación. Su hijo, Gerardo Meli, es ingeniero industrial y cuarta generación de fruticultores. Camina por el último sector de la finca orgánica que a principios de febrero aún tiene duraznos porque los grados brix -índice del azúcar en la fruta- todavía pueden crecer en la planta.

“Como familia vimos un nicho distinto. El durazno no se puede mecanizar tanto como otras frutas. Requiere mucha mano de obra, lo bueno como comunidad es eso”, dice.

Elegir el durazno a cosechar es algo muy artesanal, que se hace en 4 o 5 pasadas en las que se van sacando listos y se dejan los que faltan para la siguiente vuelta. La poda también es a mano: cada decisión, un tijeretazo. Después viene el raleo, tirar algunos y dejar equilibrada la brindilla para tener tamaños óptimos para el consumo. Las tareas estacionales se combinan con las de otros frutales de la zona y son la chance de quienes venden su trabajo por jornal o por tanto, es decir, por cantidad recolectada.

Su desafío es volver conectarnos con la tierra, con el universo y con la comunidad, aplicando los saberes de nuestras abuelas y abuelos, sumando prácticas modernas en el uso de la tecnología agropecuaria mediante un trabajo en equipo interdisciplinario, y así lograr obtener alimentos vivos, en armonía con la naturaleza. Procuramos trabajar de manera integral, intercambiando conocimiento con la comunidad, investigadores, productores, consumidores y todo aquella persona inquieta que se cuestione el existir de la vida más allá de sí mismo.

SU sistema de producción está basado en la agricultura orgánica. Utilizamos de manera equilibrada los recursos naturales, cuidando la vida del suelo para hacer más eficientes los procesos de formación de nutrientes utilizados en la producción de alimentos.

Para ello se emplea como herramienta la actividad biológica del suelo, proporcionándole microorganismos, materia orgánica y minerales. Así, es posible llevar a cabo el proceso de forma más acelerada que en la naturaleza, para que sea posible la producción de alimentos sanos y de calidad. Minimizando al mismo tiempo el uso de los recursos no renovables, y no utiliza fertilizantes sino abonos naturales, para proteger el medio ambiente y la salud humana. Nuestro compromiso es mucho mayor que la mera no utilización de agroquímicos.

Les presentamos a Verde Vida, Fermentos Naturales!

Pepe Palazzo es Ingeniero Civil y siempre estuvo en la búsqueda de una alimentación real, de un camino que le brindara una solución -desde la alimentación, la cultura, la conciencia y la sociedad- a sus problemas intestinales, de asma y a sus alergias.

El objetivo como emprendimiento familiar es brindar bebidas y alimentos naturales y nutritivos, elaborados de forma artesanal, con mucho amor y empeño.
Estan comprometidos con la calidad, y su materia prima es en lo posible agroecológica y según disponibilidad de estación convencional, además utilizan envases de vidrio para colaborar al planeta sustentablemente.”

Cultivar alimentos equilibrados y fermentarlos genera una interacción entre los microorganismos presentes en los ecosistemas y los comensales que forman parte de la cadena alimentaria. Por ello es esencial volver a prácticas ancestrales presentes desde los inicios del ser humano. Los fermentos siempre han sido parte de nuestra cultura porque permiten conservar los alimentos naturalmente e intensificar su sabor. A la vez que aumentan sus cualidades saludables, ya que son un poderoso estímulo para la digestión y una herramienta de protección frente a enfermedades “modernas”. En verde vida  esa vuelta a cultura y naturaleza se siente en cada bocado!

Enrique Scholz fundó las empresas Agro Roca S.A. y Tecniterra S.A. junto a los ingenieros Leonardo Lustig, Jorge Bolthauser y Sebastiano Legaspi. Ambas empresas fueron pioneras en la utilización y comercialización de productos amigables con el medio ambiente. El Municipio de Roca lo homenajeó por sus aportes a la fruticultura regional.

Luis comenzó con productos biológicos para la producción orgánico y hace tres ciclos solares agrego la produccion agrícola propio a sus sueños cumplidos. Describe sus productos como frutos con sabor a infancia, porque mantiene la virtuosidad de alegría y asombro de la niñez, la naturaleza pura, sin corrupción de intervenciones innecesarias

Pampa Gourmet

Son una empresa elaboradora de alimentos gourmet, que mantiene y defiende los principios rectores de nuestra filosofía: respetar el medioambiente, elaborar a partir de productos naturales y mantener la calidad de la materia prima y productos terminados en los más altos estándares.​

Son amantes de los pequeños placeres de la vida y tienen una pasión por la comida y los ingredientes naturales.

Esta finca en Maipu, Mendoza es hogar a una diversidad de plantas, amorosamente cuidado por nuestra familia y equipo. Luz de sol, aguas desde las montañas que cobijan nuestra finca, el canto de los pájaros y huellas de los zorros brindan vida a nuestro terruño mientras cada planta se cuida, alimenta y poda individualmente.

Más allá que orgánico nuestras cultivos no se tratan con ningún fertilizante ni pesticida químico, en cambio se atienden a mano con compost y alimento natural, insectos beneficiales y nutridos con un ciclo rítmico natural de vida.

De parte de las plantas que trabajan duro para brindarnos alimento, gracias por apoyar esta pequeña finca familiar y agricultura sustentable comprando sus productos directamente de tallos mendocinos. Gracias por elegir nuestra finca para tu mesa.

“Salve la Tierra” es una empresa argentina que se dedica a la producción y comercialización de granos orgánicos certificados, así como sus derivados. Se enfoca en la producción de legumbres y cereales de alta calidad, cultivados sin el uso de pesticidas tóxicos y libres de organismos genéticamente modificados. La empresa también busca promover la alimentación sana y la protección del medio ambiente.